El open banking o banca abierta es un sistema en línea en el cual los usuarios de diferentes entidades financieras autorizan compartir su información bancaria con otras entidades a fin de obtener servicios personalizados. Esta interfaz, que forma parte del Fintech, es de gran utilidad ya que permite a las empresas mejorar la experiencia de sus clientes, quienes a su vez pueden manejar sus datos de acuerdo a sus necesidades.
En ese sentido, el open banking hace posible que los usuarios tengan autonomía sobre su información: cuentas bancarias, créditos, tarjetas de débito y crédito, etc. Este contenido puede concentrarse en una sola plataforma sin importar que dichos productos pertenezcan a distintos bancos.
La información se sincroniza automáticamente con otras aplicaciones, gracias a que el open banking funciona con una interfaz de programación de aplicaciones (API’s, por sus siglas en inglés), la cual permite que distintas plataformas de productos y servicios se comuniquen entre sí.
Los usuarios que decidan compartir su información bancaria con otra entidad recibirán recomendaciones sobre qué productos financieros adquirir, cómo cancelar sus deudas con mayor rapidez o qué planes de ahorro les convienen. De esta forma, tienen una visión más amplia de sus finanzas.
Por otro lado, el open banking también contempla la difusión de información acerca de los servicios y productos que brindan las entidades financieras. Entre ellos se pueden contar: oferta de créditos, plazos de pago, tasas de interés, límites de tarjetas de crédito, montos máximos de transacciones diarias, entre otros. La publicación de estos datos permite que los usuarios comparen las diferentes ofertas que tienen a su alcance.
¿Para qué sirve el open banking?
En la actual era de la economía digital, la interconexión y el manejo masivo de datos se traduce en resultados concretos. Por ello, el open banking es de utilidad tanto para la banca como para sus clientes y ello se evidencia en la prestación de buenos servicios. Algunas de las bondades que ofrece el open banking para mejorar la experiencia de sus usuarios son:
- Servicio personalizado
El open banking representa un reto para muchas entidades financieras. La constante demanda de sugerencias, datos y recomendaciones por parte de los clientes empuja a las empresas a crear interfaces amigables que no sólo suministren en tiempo real la información solicitada sino que brinden una interacción amena.
El intercambio de información de forma inmediata convierte a la interfaz de open banking en un aliado digital. A través de interacciones escritas o mediante la voz, la plataforma puede indicar cuál es la oficina bancaria más cercana o recomendar una plataforma que cobre menos comisiones al hacer una transacción. Evidentemente, los clientes se inclinan por la plataforma que mejor cumpla sus expectativas.
- Oferta de servicios financieros
La oferta de servicios financieros se expande con el open banking. Gracias a esta tecnología, los usuarios pueden acceder a un menú de servicios financieros que contiene ofertas de créditos, financiamiento para la compra de bienes, intercambio de divisas, servicios de seguro, plataformas de pago P2P, entre otros. Con la apertura bancaria, los clientes pueden tomar las mejores ofertas de diferentes entidades.
- Compatibilidad con blockchain y criptomonedas
Aunque las criptomonedas no se mencionen dentro del marco legal actual del open banking, ambas tecnologías podrían ser compatibles. Esta relación haría posible el intercambio entre monedas fiat y monedas virtuales. En todo caso, el open banking y las criptomonedas operan bajo ciertos principios en común tales como la inmediatez de las transacciones, la transparencia y las proyecciones a futuro.
Riesgos y desafíos del open banking
Tal y como sucede con todas las nuevas tecnologías, el open banking requiere el establecimiento de normas y pilares éticos para su implementación. El principal de ellos es el resguardo de los datos de los usuarios, debido a que se trata de información confidencial. Por ello, las plataformas que brinden este servicio deben contar con un software capaz de prevenir y contener ataques cibernéticos.
En el ámbito legal existen tres modelos de implementación del open banking. El primero de ellos es el obligatorio. En esta modalidad, las autoridades emiten regulaciones detalladas acerca de la prestación del servicio y es aplicado en países como Australia y Reino Unido.
El segundo modelo es el de ejecución voluntaria y se implementa en países como Singapur y Hong Kong. Es voluntario porque su aplicación no es impuesta y consta de directrices generales para el desarrollo del open banking y las API’s.
En tercer lugar figura el modelo definido por las entidades financieras. En este esquema, aplicado en Estados Unidos, los miembros del gremio financiero son quienes establecen los lineamientos para desarrollar la apertura bancaria.
El open banking representa un gran salto de la banca tradicional hacia la tecnología financiera. La apertura bancaria figura como una opción eficiente para cubrir un requerimiento de primer orden como lo es el manejo de las finanzas. Las instituciones financieras que se adecúen mejor a este sistema obtendrán las mejores ganancias.